Amor, Arte y Muerte.


Enamorarte

Guiándose con el instinto el Loco como primer figura simbólica en el tarot, emprende el viaje. A lo lejos se ve su meta «Solar», aquella que se muestra, una montaña, hogar del Ermitaño. Para emprender el camino de regreso, y completar su viaje hace falta transitar por eso que no podemos ver, el camino por el inframundo, morir y renacer. Los intentos falsos de acercarnos a esos continentes del Tártaro real, como los son los teletones, visitas papales, marchas silenciosas son ventanas y museos. Algunas  buscan de manera «correcta» y «amable» acercarnos a la guarida de medusa.

 

¿Cómo asumimos el amor, la muerte y el dolor, los misterios?

 

Si duele, es malo

 

¿Porqué reculamos ante el dolor, o el amor? El ser humano siempre buscando fuera de la naturaleza, las respuestas que son naturaleza. Al día sigue la noche y a la noche el día; existe una primavera verano otoño invierno primavera. Pensamos que al iniciar una relación esta será inextinguible, o que va a durar más, porque le echamos mas ganitas; no hay nada eterno.El poder que tiene el darnos cuenta de lo perecedero es la verdadera fuerza del amor, saber que aún cuando pongamos los mejores ingredientes de nosotros, el caldo puede saber a zapato si lo dejamos más tiempo de lo que su naturaleza resiste. El vértigo del amor incierto es impulso creativo. La búsqueda de la naturaleza del eros no está en la metodología, y no traza ninguna línea clara y quizá por eso nos es tan atractivo o repulsivo en algunas naturalezas. Por qué no nos engañemos, existe una profunda repulsión moderna hacia el Amor, y eso es porque no queremos tener que ver con nada que nos recuerde a la muerte.

 

El amor es impredecible, lo impredecible nos fragiliza. Ser frágil también es malo.

La belleza sin el vértigo de la muerte deja de estar viva para volverse solo bella, el ángel y musa del que habla Lorca en su «Juego y teoría del duende». El amor es belleza viva, belleza que se consume a si misma para renacer, como un ouorboros. El arte-amor impermanente, reino del duende, es un territorio oscuro y misterioso, un territorio que destroza y nos obliga a bajar la mirada o desviarla, nada permanece cuando el amor se extingue, ni esta idea, ni mil más. Solo queremos volver.

Amor y Muerte una y otra vez mezclando sus naturalezas afines para darle buscar llevar al entendimiento del ser humano una verdad: Somos uno todos, desde la piedra, hasta la crisálida que tiene en su febril latido un milagro alado, desde una enredadera de monedas en aquella casa sombría, hasta las tetas siliconadas que esperan en un quirófano. Y si por un instante ese coqueteo en un café se convierte en tus nietos corriendo por un jardín o se convierte en una sonrisa a la distancia es solo cuestión de gustos. El mundo se construye a cada instante. Y yo elijo vivir enamorado o no. El vértigo de sabernos polvo estelar, insignificante y a la vez glorioso, de encontrarme mortalmente herido desde el momento en el que nací.

 

Yo elijo morir, elijo el arte, elijo enamorarme.

 

 

Acerca de Jorgenial

Actor, Director y Dramaturgo.
Esta entrada fue publicada en Uncategorized. Guarda el enlace permanente.

Deja un comentario